Domingo. Era verano en toda la ciudad. Con la panza llena del típico asado de domingo, reposaba en reposera. Entre pensamiento bizarro y más que bizarro, veo entre el césped asomarse un naipe, lo levanto: un rubio arriba de un caballo con una espada. “Un once, mi número de la suerte” digo
Domingo otro. Más verano sobre el río. Con la panza más liviana porque el asadazo ya había cedido y en el apuro de recolectar los muchísimos objetos (necesarios, dice) que acarrea mi madre hacia cada almuerzo familiar dominguero, “Stop, otro naipe dije”… sí, sí… otro rubio a caballo, esta vez porta un basto.
Domingo siguiente. Más verano, pero soportable. Esta vez saliendo de la casa de mis viejos (sí, obvio con la panza más que inflada, con postre y café incluido), miro la vereda como compulsivamente, tal vez ya buscando (lo que no ahorró sorpresa, debo decir), otro naipe, esta vez, en peor estado que los anteriores, pero sí: un rubio de oro en su caballo.
Tres Onces, tres domingos consecutivos.
“Uaaaaauhhhhh” dijieron solamente alguna/os.
“No encontraste un once, encontraste un 33, son 3 cartas número 11” dijo Vika… “Mi edad” dije yo. “La edad del salto cuántico” continuó.
“La edad de Cristo”, “Tendrás que hacer un viaje por la ruta 33, o no”, “Jugá el 311” (les ahorro suspenso, el día que lo jugué salió el 411”) “Te falta el de copa”,”Lo nuestro puede funcionar, te llevo 11 años”, “Nos deberíamos conocer, serías mi pareja número 11”, “el 11 es un número supremo” (¿)… y así podría seguir por un rato largo…
Domingo. Otoño precioso sobre una plaza de la ciudad de Salta. Viento infernal. “Para, le dije a un amigo” Levanto un naipe. “No, no es. Es una K”… “Espera, a, b, c, d… la k es la letra número 11 del abecedario”… “Me das miedito nena, con el viento que hay acá, vos te encontrás una carta en el piso”…
Todavía no encontré gaucha/o alguna/o idónea/o en numerología, ni el naipe 11 de copa que me falta… pero les aseguro, desde que dejé de buscar respuesta, saber o sentido ni el 11 ni el 33 dejan de insistir apareciendo como señales en los caminos que voy eligiendo…
12 comentarios:
Gau: yo me "vivo" encontrando cartas, una vez fueron muchas, y una amiga, que se dedica a la astrologia al igual q el marido y el ademas a tirar las cartas, me dijeron q las españolas, mas dificil las de pocker, tmb se leen..."buscaste" el significado o la interpretacion?
en algunos lugares donde lei dicen q tienen una validez de 30 dias y bla bla bla, pero "wwoooww" =D
claros ejemplos gauchitos! la vida sorprende y sin buscar se encuentra, hay magia por todos lados!
mmmmmm yo esperaría al gauchito principesco..o algún sapo que es lo mismo,sólo que de sapo nadie vuelve..
don juan matus diria que son manifestaciones del espiritu.
yo pienso que a lo mejor el tema no esta en el numero, sino en el caballo y la copa.
te mando un abrazo
Buscar la simbologìa en los nùmeros es tìpicamente criollo!!!
P.D.:Ahora el "33" es un numerillo que me causa bastante antipatìa y no sè porque serà...
BESOS GAUCHOS ;)
Yo descreo tanto, pero si tenés 33..
cantale la falta!
conozco a alguien que hace numerología, si querés te paso el tel!!!
hace la pelicula "11" en vez de "23" jejeje
Mucho caballo, no?
Para mí quiere decir que tu futuro está con un agente de la policía montada =D
no habrá que pensar en los caballos más que en los números???
Gauchita, lo del once es un claro mensaje, dedicate al servicio, a la enseñanza, a lo que tenga que ver con los demas. El once es un mumero elevado y como tal hay que vivirlo.
Soy numerologa anambri@gmail.com
leo esto de casualidad, tengo 33 años y mi mail es truquini33@(no importa que más)...
saludos
Publicar un comentario